Al ser mamás más que preocuparnos en nosotras nos preocupamos por nuestros hijos y esto es totalmente entendible pues son más pequeños, necesitan de protección y de alguien que les enseñe qué deben y no deben hacer. Una de las enseñanzas más difíciles es la de comer de forma saludable.

Nutrición Sin Más tiene para ti todo sobre alimentos saludables; sin embargo, el gran problema no es encontrar estos alimentos sino hacer que los pequeños de la casa se animen a probarlos y disfruten al comerlos en su dieta. Es algo difícil pero no es imposible; aunque la mayoría de los niños por naturaleza son quisquillosos al comer también tienen miles de papilas gustativas listas para probar nuevos sabores que probablemente les gusten un montón.

Sabemos que es muy probable que le gusten las cosas saludables que tienes para ofrecerle si se animan a probar… entonces ¿cómo podemos tener fuerza para mantenernos firmes en cambiar la dieta del niño y  hacer que pruebe cosas nuevas?

Allí está la verdadera lucha. Gritos y rabietas pueden convertir la cocina en una guerra y a veces lo más fácil es darle lo que quiere como unas papas fritas… ¡Le quitarán el hambre! Pero ¿es la mejor opción para él? ¡Absolutamente no!

Guía para hacer que tu hijo se coma toda la comida

Muchas madres saben que en el momento que tienen hijos ya no son solo mujeres… son psicólogas, cocineras, choferes, magas y muchas otras cosas más. En este caso vas a tener que hacer uso de todas las habilidades y con trucos sencillos hacer que tu niño se interese en la cocina.

  1. Haz que tu hijo participe mientras cocinas:

Es probable que alejes a tu niño de la cocina mientras preparas la comida para evitar desastres y accidentes; no obstante, una de las mejores maneras en las que puedes hacer que tu hijo empiece a comer mejor es integrándolo en la preparación de los platillos.

Invítalo a preparar todo contigo y no le temas al desorden. Puedes ofrecerle pequeños bocados de los ingredientes mientras le pides ayuda al cocinar; si tu niño se siente útil en la cocina entonces el pequeño bicho de la curiosidad le picará y empezará a interesarse en todo. ¡Hazlo partícipe de cada momento!

  1. ¡Mira cómo suena en tu boca!

La hora de comer puede ser muy divertida si así se desea; haz que todo sea parte de un juego. Rétalo a ver quién come más tomates de la ensalada, cierra sus ojos y juega a adivinar qué está masticando, ofrécele una lechuga y haz que note como hace crunch cuando se la come.

¡Sé creativa! Guardando el orden, la hora de comer puede convertirse en un juego saludable para niños y despreocupante para padres que saben que sus hijos están comiendo bien. Motívalos mediante dinámicas y verás cómo comen todo.

  1. Los colores son llamativos

¿Comer panqueques verdes, rojos o azules? ¡Los colorantes pueden ser un gran aliado para todo eso que no les gusta! Añade a tus recetas colorantes naturales para darle ese color llamativo que haga que tus hijos se interesen en lo que van a comer.

No solo eso es positivo pues al comerlos también estarán recibiendo un extra de vitaminas: la zanahoria, remolacha, mora, fresa o espinaca pueden ser las opciones ideales para lograr ciertos colores.

Encuentra alimentos que son mejores que un multivitamínico pero usando tantas frutas y vegetales como aliados seguramente no necesitarás más vitaminas para tu niño.

Divertidas recetas para intentar con tus pequeños

¡Frutas y vegetales! ¡Vitaminas y nutrientes! Intenta estas recetas en casa y maravíllate al ver a tus hijos comer.

Helados de frutas y yogurt:

  • Corta algunas frutas en trozos pequeños y ponlas en un vaso plástico
  • Añade yogurt líquido natural y un poco de miel para endulzar.
  • Pon una paleta en el vaso y llévalo a congelar, en algunas horas podrás disfrutar de unos ricos helados frutales de yogurt.

El jardín de los vegetales:

  • Tinta el arroz con espinaca para que tome un color verduzco que sirva para ser el césped del jardín.
  • Corta apio en finas tiras para que sirvan de tallo para las flores.
  • Una mazorca de maíz cortada en pedazos horizontales finos puede servir como flores para el apio.
  • La yema de un huevo será el sol y el resto queda en tus creativas manos.

Tortuga de frutas:

  • Corta un pedazo de kiwi o una manzana verde para hacer el cuerpo.
  • Añade pequeñas uvas verdes para hacer la cara y las patas. ¡Listo! Ya tienes una linda tortuga frutal.

Oruga de frutas:

  • Corta varias rodajas de la fruta preferida de tu niño y organízalas simulando el cuerpo de una oruga.
  • Corta en tiras una segunda fruta para hacer las patas y las orejas.
  • Usa semillas o pequeños frutos secos para los ojos… ¡Listo! Ya tienes una rica oruga para comer.

¿Habrías creído que era tan fácil? ¡Anímate a crear nuevas cosas a diario!

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por Celina

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